Cuentista

"Los cuentos duermen a los niños y despiertan a los mayores"

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El cumpleaños

Conocí a un prestigioso profesor que cuando le pedían alguna tarea que no le agradaba decía:




“¿Cómo me exige este esfuerzo hoy, que cumplo años?” Y la otra persona inmediatamente lo felicitaba y le pedía disculpas por haberlo molestado. Retiraba su petición.

El profesor tuvo que abandonar este recurso, a riesgo de perder totalmente su autoridad. Alguien recordó que en su semestre había cumplido años tres veces.

Pero indudablemente anunciar cumpleaños tiene un poder mágico. Convoca a una tregua, a una distensión, a una alegría recíproca. Todos alguna vez participamos del episodio anual que nos hermana y nos amaina, nos vuelve regresivos.

A pesar de la suma incontenible, es lindo cumplir años.

“No sé que edad tengo-decía una veterana actriz-, cambia a cada minuto”.

-¿Qué edad tiene usted? –preguntó el juez al reo.

- Veinticinco años, su señoría.

- Hace una década que me viene diciendo lo mismo.

- Tiene usted razón, su señoría. Yo no soy de esos tipos que hoy dice una cosa y mañana otra.



Un hombre anciano caminó un kilómetro para llegar a su vecina un trozo de tarta.

-Mi esposa cumple 86 años y quiere que pruebes el postre de la fiesta.

La mujer agradeció la atención. Dos horas más tarde el avejentado esposo volvió a la casa de su amiga.

-Perdón, me envía Tatiana para que me corrija, sólo cumple 85 años.




-Ese dolor que siente usted en su pierna es producto de su avanzada edad- explicó el médico.
-Por favor, doctor! La otra tiene la misma edad y no me duele –respondió el paciente.



En la ceremonia de su cumpleaños preguntaron al maestro que dijera la actividad más importante de su larga vida.

-Cualquier cosa que estuviera haciendo en ese momento- contestó.

Nos decía Richard Bach:

“No tienes cumpleaños porque nunca has nacido, jamás naciste y nunca morirás”.


Vivir de instante en instante con intensidad para una hermosa y sabia trayectoria.
Por compartir y celebrar ahora este:
¡Feliz Cumple-instante!

Gracias Señor Mariscal por haberme regalado este cuento, acabo de cumplir mi primer Cumple-instante.
Mary CarmenG.




Cuentos para regalar a personas inteligentes de
Enrique Mariscal.


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lunes, 17 de septiembre de 2007

Una anciana

A la entrada del gran bazar, se reunían toda clase de mendigos. Me llamó especialmente la atención una anciana llena de andrajos, que parecía la más pobre de todos ellos.
- Por favor -gemía- llevo tres días sin comer.
Rebusqué en mis bolsillos y le di dos monedas. Esperé escondido en un zaguán hasta que se levantó, con el propósito de seguirla y ver en qué invertía la parca limosna que le había dado.
Despacio y cansina, la anciana avanzó lentamente entre la multitud que abarrotaba el mercado.Durante unos momentos la perdí de vista, y cuando volví a verla, caminaba ya mucho más alegre, apretando con cuidado un bulto bajo la túnica.
Tomó un callejón lateral que salía del mercado y desembocaba en una especie de plaza calurosa y polvorienta. Allí, sentada a la sombra del único árbol que había sobrevivido al terrible viento del desierto, la mujer levantó la túnica y sacó un mendrugo de pan y una magnífica rosa roja. Hizo una mueca que debía ser una sonrisa, al tiempo que comenzó a ablandar el pan con sus encías desdentadas.
La contemplé mientras deshizo el mendrugo lentamente y, poco a poco, se fue comiendo hasta la última migaja mientras observaba la rosa con ojos brillantes. Después, una expresión de paz se reflejó en su rostro.
Me acerqué junto a ella y le pregunté:
Anciana, ¿cómo es posible que alguien tan pobre como tú haya derrochado una de las dos monedas que le di en esa extraña flor?
La anciana me miró desde sus cien años de sabiduría y dijo:
- Tenía dos monedas. Con una compré con qué vivir. La otra la gasté para tener por qué vivir...
Desconozco su autor

Mary CarmenG. de la Rosa


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martes, 11 de septiembre de 2007

Los hermanos desunidos

"Los hermanos desunidos"
Cuento

Sufría mucho un labrador al ver siempre disputando a sus hijos.
Jamás estaban de acuerdo en nada, y sus continuas peleas los separaban
cada vez más.

El pobre hombre pensó entonces que había que darles una lección y un día
los reunió a su alrededor.

He recogido estas ramas para hacer fuego -les explicó-, y quisiera cortarlas,
pero parece que ya no tengo fuerza, por lo que les pido que me ayuden.

Y al decirlo, entregó al mayor de los jóvenes las ramas reunidas en un haz.
Muy orgulloso de su fuerza, lo tomó el muchacho para partirlo, pero
todos sus intentos fracasaron.
Pasó el haz de leño a otro de sus hermanos, y este a otro, y el otro a aquel,
pero ninguno logró quebrar las ramas reunidas.

Entonces el labrador soltó el atado y dándoles las ramas por separado,
hizo que las partieran, lo que consiguieron con toda facilidad.

-¿Lo ven hijos? -dijo entonces- Mientras estén separados,
será fácil vencerlos. Pero nadie podrá contra ustedes si están unidos.


Anónimo


Mary Carmen G. de la Rosa

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sábado, 8 de septiembre de 2007

Percepcion original

Percepcion original


Se comenta que hay periodistas muy irónicos, suspicaces, capaces de bromas agudas y rápidas. En una oportunidad se encontraron los del oficio, uno era jorobado y el otro, rengo.

-"Traes alguna noticia grande en la espalda? -preguntó el último.
-"Vos debés tener grandes novedades que ándas de un lado para el otro -respondió rápidamente el colega.

Se dice que un tonto tiene bastante talento como para ser malvado. Por eso, el matemático Jesús dio la fórmula exacta del perdón. setenta veces siete, "porque no saben lo que hacen". Es que cada uno percibe, valora, calla o actúa, según sus intereses y posibilidades.
El hombre que muere rico sólo le resta avergonzarse de su condición. Acumuló lo que no necesitó, ni dió. Percibió mal. Le faltó originalidad.

En una pequeña aldea de España un viejo ateo era muy amigo del párroco José con quien solía mantener largas pláticas metafísicas.

Un día ese buen agnóstico tuvo la oportunidad de visitar la Basílica de San Pedro y el Papa mismo afreció la comunión al grupo de visitantes. Cuando recibió la santa hostia dijo conmovido:
"se la llevo al párroco José que va a valorar muchisimo este regalo" y la guardo cuidadosamente.

¿Cuando una persona es sincera? En la Grecia clásica los insignes escultores reparaban con cera las pequeñas roturas o fallos de sus obras. Cuando alguien quería resaltar la belleza original de un trabajo de mármol decía entonces: es sin-cera , excelente, original.



Cuentos para regalar a personas originales.

viernes, 31 de agosto de 2007

El grano de arroz

Era un discípulo muy holgazán. Lamentablemente pocos holgazanes hallan la liberación espiritual, porque, de otro modo, habría incontables liberados. Dejaba todo el trabajo en manos de su maestro, aunque éste muchas veces le había dicho que el discípulo tiene que desarrollar el esfuerzo correcto y que nadie puede librarse por otro. Pero el discípulo prefería escuchas las enseñanzas del maestro y no llevar a cabo ninguna práctica para el desarrollo de sí mismo. Se engañaba pensando que con recibir las enseñanzas sería más que suficiente. El tiempo iba discurriendo y él no obtenía ningún logro espiritual. Cada vez estaba más lejos de alcanzar la paz interior. Un día se dirigió al maesgtro y se lamentó así:

- Eres muy buen maestro, tal vez.....-ironizó-, pero no avanzo gran cosa con tus enseñanzas.

- Eso tiene remedio -dijo el maestro papcientemente-. Toma este gramo de arroz y plántalo en tierra fértil y espera que dé brote. Entonces yo haré el trabajo de ti y liberaté tu mente en ataduras.

Pasó el tiempo......mucho tiempo. A una estación siguió otra y así sucesivamente. Pero el grano de arroz no echaba brote. Desenperado, el discípulo fue ante el maestro y le dije:

- Elegí una tierra muy fértil y ha llovido adecuadamente. Es inexplicable que el grano no eche brote.

El maestro se rió y preguntó:

- ¿Sabes por que?

-No - contestó desanimado el discípulo.

-Pues voy a decírtelo: porque se trataba de un grano cocido.



desconozco su autor

Mary Carmen G.

miércoles, 29 de agosto de 2007

El anciano

EL ANCIANO



Originalmente, el nombre de Lao Tzu era Li erh. Las leyendas dicen que la noche en que fue concebido, su madre vio a unniño envuelto por el sol, la luna y las nubes. La mañana de su nacimiento, tres sales salieron desde eleste, y después de que su madre o amamantara,en agua mágica salí en las bocas de nueve dragones.

Li Erh era un niño extraordinario. Alos 3 años, su cuerpo irradiaba un brillo dorado. Alos 5, miraba fijamente al sol y sonreía y miraba la luna y suspiraba. A los 7, aprendió a tragar los rayos del sol, la luna y las estrellas.

Sin interés ninguno en convertirse en hombre de Estado, Li Erk no buscó empleo en la corte de los Estados feudales. En lugar de ello, estaba contento de trabajar en la biblioteca imperial, donde podía leer y estudiar los ritos y rituales antiguos.

En cierta ocación, un joven erudito llamado Kung Chung.ni fue a la biblioteca sería conocido más tarde como Kung Tzu, o Confucio. Después de contestar a las preguntas del joven, Li Erk le dijo: "Tienes que limar tu aspereza y poner en su sitio la espada de tu ambición. El gran sabio parece a menudo torpe y tonto y quien posee un verdadero saber no exhibe su conocimiento".

Años más tarde Chung-ni recordaría este encuentro y diría:

"Los pájaros vuelan sobre la tierra, los peces nadan en las profundidades del océano y los tigres corren por la gran extensión de las llanuras. Pero ¿quién puede predecir el comportamiento de los dragones?. A veces vuelan entre las nubes y a veces perforan el suelo bajo la tierra. Lao Tzu (el anciano) debe de haber sido un dragón Podías captar un vislumbe de su sabiduría, pero si trabajas de agarrarla, se desvanecía"

Lao Tzu se retiró del servicio civil no mucho después de la visita de Chung-ni. Viajó al oeste y, en una ciudad fronteriza cerca de Han Ku Pass, dictó un tratado sobre el Tao y la virtud a un hombre llamado Wen Shih. Este libro llegó a ser conocido como el Tao-te-ching.

Se decía que Lao Tzu siguió viajando hacia el oeste después de dejar Han Ku Pass. Finalmente, subio al Monte K´un Lun y entró en le país de los inmortales.

LAO TZU


Mary Carmen G.


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